jueves, 25 de febrero de 2010

¿PODEMOS OBVIAR LA PRIMERA CITA?


Los nervios de una primera cita no me parecen los mejores compañeros para dar una buena impresión ante una persona que te interesa, primero, todo comienza en casa, se busca atuendo para la ocasión, algo lindo, presentable, pero que no parezca preparado, por nada del mundo, lo más relajado posible. Después se fija un lugar para el encuentro, ojalá no muy lejos, un sitio con afluencia de gente preferiblemente, hay desconfianza, es una primera cita! Un lugar conocido, nunca se sabe cuando haya que salir corriendo o esconderse, en conclusión muchos detallitos por pensar, una que otra pregunta en el bolsillo para no quedarse corto en caso de déficit temático. Mucha tensión, mucha tensión para una primera cita!
Hasta que se llega la hora cero, estás frente al personaje que parece ser tu cita, efectivamente lo es, una ceja semi levantada, una mirada indecisa y una sonrisa que no dura más de 5 segundos te lo indican.
Saludas, beso en la mejilla, y qué más? No no quema! O de pronto, es lo que estás por averiguar, pero bueno esa es la pregunta básica, para referirte a ¿cómo llegaste hasta aquí? ¿Algún contratiempo, percance, situación paranormal, ovni, vaca voladora? yo qué sé! algo para iniciar una buena conversación. Ah no? La respuesta fue bien.
En ese caso lo mejor será caminar, observar atentamente alrededor y encontrar una víctima, sí esa persona, cosa u objeto que nos sacará de aprietos y del cual podamos opinar, si esto no sucede pues vamos con las preguntas básicas, con el cuestionario del DANE
¿Nombre completo, lugar de residencia, estado civil, ocupación, familia?
Mejor nos sentamos y comemos algo así mantenemos nuestra boca ocupada como excusa para no hablar, pero nada de desaprovechar el tiempo no señor, analiza a tu cita, a ver… cómo estamos de ojos, de cejas, boquita, orejas, todo dentro de lo normal?
se acabó el helado, ahora llega la hora de pagar, cada uno lo suyo, en efecto, es una primera cita!
No siendo más, te despides, acordando una segunda cita, pero esta vez en otra situación menos tensionante y de hecho así será, el monstruo de la primera cita quedó atrás.
¿Podemos obviar la primera cita? La respuesta es no!

No hay comentarios:

Publicar un comentario