martes, 2 de marzo de 2010

El reto del laberinto



Cuando decido mirar al exterior o simplemente a mi alrededor porque la casualidad ha traído hasta a mí algo “nuevo”, siento gran preocupación por todo los caminos cual laberinto existen en esta vida y es que hay tanto por aprender y tan poca motivación que a la vez siento frustración porque quisiera ser parte de muchos ámbitos que el destino me ha permitido ojear atreves del cristal y que creo pueden ponerse interesantes allá adentro.
Quiero conocer el mundo de afuera para saber de todo un poco sin enloquecer, en eso consiste el reto, Creo que existen muchos mundos o así los llamo yo, empezando por cada persona, sí infinitos, cada uno interesante, mágico, problemático, discutible, sencillo, vivible, explorable y reconozco que lo que conozco es tan poco que me permito sorprenderme con cada cosa que se me atraviesa.
He conocido muchas personas cada una de ellas con formas de ser, de pensar y de actuar diferentes, con diferentes intereses y aficiones y logro a veces sumergirme en su mundo y en ocasiones entender sus maneras, el por qué son de una u otra justificando lo que no me parece o comparto y resaltando aquello con lo que me identifico, a veces los mundos ajenos son más emocionantes que los nuestros propios pero a la vez alimentan el mundo mío.
Soy un rompecabezas que ha tomado de alguna parte algo que encaja o quizá no tanto
Por ejemplo la soledad de aquel que nunca sintió la necesidad de pertenecer, el cariño de aquel que no sintió miedo de mostrar sus sentimientos, lo extrovertido del que piensa que la vida es un ratico, el humor de... no sé de dónde lo saqué, la nobleza del que tiene un corazón grande, la timidez de un niño de aquellos tímidos que ya casi no hay, la nostalgia de un bohemio que acaricia el pasado con ansias de volver.
Y aquí sigo yo buscando piezas que formen una obra única que no enloquezca al cobrar vida en el reto del laberinto.